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La iniciativa pretende reforzar y coordinar la respuesta a los retos climáticos, fomentando el desarrollo económico y una acción climática significativa.

La necesidad de alinear la financiación, el comercio y la inversión para fomentar un desarrollo sostenible y resiliente adquiere mayor urgencia a medida que aumentan los desafíos climáticos en todo el mundo.

El Pacto para el Futuro establece un marco claro para replantear el comercio y el desarrollo, impulsando el avance hacia una economía global más equitativa y sostenible para todos.

Aprovechar los minerales esenciales para una transición justa y equitativa hacia las energías renovables exige nuevos enfoques centrados en las personas y el planeta. Pero, ¿cómo?

El comercio es una herramienta subutilizada en la acción climática. Alinear mejor las políticas comerciales con los objetivos ambientales y climáticos es clave para crear mejores oportunidades para todos.

La transformación digital puede impulsar el crecimiento económico, crear empleos y reducir la pobreza. Pero también plantea crecientes desafíos ambientales y las crecientes brechas digitales pueden empeorar las desigualdades existentes.

Un nuevo análisis destaca maneras de medir mejor las exportaciones globales de productos de cáñamo, lo cual es clave para desbloquear los beneficios económicos y ambientales del cultivo para las naciones en desarrollo.

El cultivo oceánico puede mejorar significativamente los medios de vida sostenibles de agricultores y recolectores a pequeña escala, y empoderar a las mujeres en las comunidades costeras, particularmente en Asia y África.

La transición energética global ofrece a los países ricos en minerales la oportunidad de fortalecer sus industrias y diversificar sus economías, pero también corre el riesgo de profundizar su dependencia de las materias primas.

El aumento en los precios del cacao, en parte atribuido al cambio climático, afecta a los amantes del chocolate en todo el mundo.