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La Conferencia de las Naciones Unidas de 2025 sobre el Océano ofrece una oportunidad crucial para apuntalar una economía azul más sostenible en pro de la salud de los océanos y la prosperidad compartida.

La economía oceánica, valorada en 2,2 billones de dólares y clave para la prosperidad global, está amenazada por el cambio climático, la fragmentación normativa y nuevas dinámicas comerciales.

El papel vital del comercio en el fomento de economías oceánicas sostenibles que no dejen a nadie atrás será el centro de atención de esta reunión mundial de alto nivel.

Estados Unidos se está alejando de casi un siglo de reducción gradual de aranceles que había posicionado sus tasas entre las más bajas del mundo. En un contexto de medidas específicas por país, ¿cuán altos son los nuevos aranceles que enfrentan los países en desarrollo?

Las políticas comerciales, los emprendedores sociales y las asociaciones son cruciales para aprovechar el enorme potencial del océano para el crecimiento económico y el bienestar medioambiental y humano.

El océano impulsa industrias que van desde el turismo y la biotecnología hasta la energía limpia y los productos farmacéuticos. Pero el cambio climático, la contaminación y la falta de financiación ponen en riesgo su futuro.

El comercio y la innovación han impulsado su crecimiento, pero los crecientes riesgos climáticos, la débil gobernanza y la falta de inversión amenazan el futuro del sector y la vida de 600 millones de personas en todo el mundo.

A medida que la presidencia del G20 pasa de Indonesia a India, Brasil y ahora Sudáfrica, el Sur Global se ha situado a la vanguardia de la configuración del comercio internacional y la cooperación económica.